Episodio depresivo mayor | ||
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Especialidad | psiquiatría | |
Un episodio depresivo mayor es un periodo, con una duración mínima de dos semanas, caracterizado por un estado de ánimo deprimido, anhedonia, cambios en el apetito, sentimientos de inutilidad o culpa, problemas para concentrarse o tomar decisiones e ideación suicida o intentos de suicidio. Además, puede haber insomnio o hipersomnia.[1] Con base en la cantidad y gravedad de la sintomatología, el episodio se clasifica como leve, moderado o grave.[2]
Existen diversas teorías sobre la etiología del trastorno. Se ha considerado y evidenciado el papel que niveles anormales de neurotransmisores tienen en la fisiopatología de la depresión. Además, algunos estudios han encontrado anormalidades en la estructura cerebral de pacientes deprimidos. Igualmente, se considera que la genética puede estar involucrada.[3][4]
La duración del episodio es variable. Puede terminar en semanas o meses, o extenderse por un largo periodo. Pese a que el duelo puede originar conductas similares a las clasificadas como trastorno depresivo,[5] el DSM-IV establece que, tras la pérdida de un ser querido, «los síntomas depresivos deben atribuirse al duelo y no a un episodio depresivo mayor», incluso si persisten por un periodo de dos meses.[1] Por lo anterior, los criterios diagnósticos han sido objeto de críticas.[6]
Los pacientes con al menos un segundo episodio se clasifican dentro del trastorno depresivo mayor recidivante. Asimismo, el episodio puede presentar síntomas psicóticos[3] y, si al episodio depresivo le sucede un episodio maniaco, se debe considerar el trastorno bipolar como diagnóstico.[5] La psicoterapia y los antidepresivos son algunos de los tratamientos del episodio depresivo. No obstante, en los casos más graves, puede llegar a ser necesario hospitalizar al paciente.[7]
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